Invocación al Espíritu Santo
tu puedes hacernos bailar con tu melodía,
Empújanos con tu fuerza,
dinamízanos con tu viento,
danos tu sabiduría,
despiértanos con tu música,
muévenos con tu energía,
fraternízanos con tu amor,
Ven, Espíritu Santo. Despierta nuestra fe débil, pequeña y vacilante.
Enséñanos a vivir confiando en el amor insondable de Dios, nuestro Padre, a
todos sus hijos e hijas, estén dentro o fuera de tu Iglesia. Si se apaga esta
fe en nuestros corazones, pronto morirá también en nuestras comunidades e
iglesias.
Ven, Espíritu Santo. Haz que Jesús ocupe el centro
de tu Iglesia. Que nada ni nadie lo suplante ni oscurezca. No vivas entre
nosotros sin atraernos hacia su Evangelio y sin convertirnos a su seguimiento.
Que no huyamos de su Palabra, ni nos desviemos de su mandato del amor. Que no
se pierda en el mundo su memoria.
Ven, Espíritu Santo. Abre nuestros oídos para escuchar
tus llamadas, las que nos llegan hoy, desde los interrogantes, sufrimientos,
conflictos y contradicciones de los hombres y mujeres de nuestros días. Haznos
vivir abiertos a tu poder para engendrar la fe nueva que necesita esta sociedad
nueva. Que, en tu Iglesia, vivamos más atentos a lo que nace que a lo que
muere, con el corazón sostenido por la esperanza y no minado por la
nostalgia.
Ven, Espíritu Santo. Purifica el corazón de tu
Iglesia. Pon verdad entre nosotros. Enséñanos a reconocer nuestros
pecados y limitaciones. Recuérdanos que somos como todos: frágiles, mediocres y
pecadores. Libéranos de nuestra arrogancia y falsa seguridad. Haz que
aprendamos a caminar entre los hombres con más verdad y humildad.
Ven, Espíritu Santo. Enséñanos a mirar de manera nueva
la vida, el mundo y, sobre todo, las personas. Que aprendamos a mirar como
Jesús miraba a los que sufren, los que lloran, los que caen, los que viven
solos y olvidados. Si cambia nuestra mirada, cambiará también el corazón y
el rostro de tu Iglesia. Los discípulos de Jesús irradiaremos mejor su cercanía,
su comprensión y solidaridad hacia los más necesitados. Nos pareceremos más a
nuestro Maestro y Señor.
Ven, Espíritu Santo. Haz de nosotros una Iglesia de
puertas abiertas, corazón compasivo y esperanza contagiosa. Que nada ni
nadie nos distraiga o desvíe del proyecto de Jesús: hacer un mundo más justo y
digno, más amable y dichoso, abriendo caminos al reino de Dios.
José Antonio
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