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PRESENTACIÓ

PRESENTACIÓ:

dissabte, 11 de gener del 2014

DONES TEÒLOGUES... I FAMÍLIA






Familias cristianas en Roma

Mujeres teólogas responden al cuestionario del Papa sobre la familia
"Rogamos a la Iglesia que elimine las trabas canónicas para que quienes fracasaron en su matrimonio puedan rehacer su vida con otro amor"
"A la Iglesia no le toca imponer modelos, sino acompañar, alentar, dar esperanza"
María Luisa Paret, 11 de enero de 2014
El modelo familiar actual sigue cambiando: familias sin hijos, familias monoparentales, familias de hijos de diversos padres, familias homosexuales con hijos... Todo es muy delicado 


El Papa convoca un Sínodde Obispos extraordine l
Eapa convoca un Sínodo de Obispos re la familia
(Mª Luisa Paret, Mujeres y Teología).- Las siguientes preguntas permiten a las Iglesias particulares participar activamente en la preparación del Sínodo Extraordinario, que tiene como objetivo anunciar el Evangelio en los actuales desafíos pastorales en relación a la familia.
1 - Sobre la difusión de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia en relación a la família

a) ¿Cuál es el conocimiento real de las enseñanzas de la Biblia, de la Gaudium et spes, de la Familiaris consortio y de otros documentos del Magisterio postconciliar sobre el valor de la familia según la Iglesia Católica? ¿Cómo son formados nuestros fieles en la vida familiar según las enseñanzas de la Iglesia?

Hay un desconaceptadas? ¿se verifican dificultades para ponerlas en práctica? ¿Cuáles?
Ni siquiera en las comunidades parroquiales, asociaciones o grupos de reflexión cristianos, son aceptadas integralmente las enseñanzas de la Iglesia. La voz de los laicos y de las laicas nunca ha sido escuchada ni tenida en cuenta. Ante esta cerrazón y sordera, en la práctica cada uno se responsabiliza en conciencia de sus actos o, lo que es peor, las personas "pasan", se alejan. El Evangelio es el criterio a seguir, no la mayoría de los documentos de la institución eclesial que sólo hacen referencia a prohibiciones, pecados y desviaciones graves con el consiguiente rechazo de quienes actúan o viven de diferente forma. Todo lo relativo a la sexualidad es pecaminoso para la Iglesia. En los documentos oficiales apenas se hace alusión al respeto, al amor, al pla
cer) ¿Cómo se difunden las enseñanzas de la Iglesia en el contexto de los programas pastorales a nivel nacional, diocesano y parroquial? ¿Qué catequesis se ofrece sobre la familia?
Debido a la involución de la Iglesia desde los años 80 hasta nuestros días, los cristianos nos hemos ido alejando de las enseñanzas de la Iglesia católica. La pastoral familiar es sólo una: o se acepta o "estás fuera". Todo lo que suponga apartarse del modelo de familia que ofrece la Iglesia católica es rechazado.

La pastoral comunitaria parroquial es la única que funciona en las pequeñas comunidades de vida, de talla humana, inspiradas en el C.V. II porque es allí donde hombres y mujeres en plano de igualdad reflexionamos a la luz del evangelio la propuesta del amor que Jesús nos propone en el día a día.
d) ¿En qué medida -y en particular en relación a qué aspectos- dichas enseñanzas son realmente conocidas, aceptadas, rechazadas y/o criticadas en ambientes extra eclesiales? ¿Cuáles son los factores culturales que obstaculizan la plena recepción de las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia?

Está claro que la sociedad actual no sigue los criterios de la Iglesia pero lo más grave son los obstáculos que la Iglesia pone para la vida en sociedad. Defender los valores de la familia cristiana no tiene por qué excluir o condenar otra forma de entender o vivir la familia o las relaciones entre las personas. Las intervenciones públicas que hacen obispos o sacerdotes célibes "expertos" en pastoral familiar en los medios de comunicación están alejadas de la realidad y abundan en el rechazo, en la condena y en la exclusión. Jesús ni rechazó, ni condenó ni excluyó a nadie
El Papa convoca un Sínodo de Obispos extraordinasobre la
2 - Sobre el matrimonio según la ley natural

a) ¿Qué lugar ocupa el concepto de ley natural en la cultura civil, tanto a nivel institucional, educativo y académico, como a nivel popular? ¿Qué visiones antropológicas se dan por sobrentendidas en el debate sobre el fundamento natural de la familia?

El concepto de "ley natural" apenas tiene valor para la mayoría de los creyentes. La vida en toda su complejidad, la naturaleza con su inmensa capacidad de transformación y renovación, son la ley suprema para el ser humano. El descubrimiento del Espíritu-Ruah que aleteaba sobre las aguas del Génesis, sigue vibrando en el corazón de todos los seres, es la gran tarea que tenemos por delante, más allá de prohibiciones, tabúes, restricciones o exclusiones. Todo vive, todo se mueve, todo cambia.
La familia es la base de la sociedad como célula indispensable de desarrollo personal: psicológico, físico, ético, político, socioeconómico, relaciones, etc, reconocida por el ordenamiento jurídico y las leyes. En la familia se aprende a convivir y a relacionarnos con nosotros mismos, con los demás, con nuestro entorno. En la familia se educa y se vive la fe y se ponen las bases de nuestro "andamiaje" personal y comunitario. Está fundada por la unión de dos personas que se quieren y tienen un proyecto de vida en común orientado a la construcción de una sociedad y un mundo más humano y más justo.

También la familia ha ido cambiando sin cesar, desde los clanes primitivos hasta la familia nuclear, pasando por la familia patricarcal que hemos conocido hasta hace bien poco. Por otra parte, la familia de Nazaret poco tiene que ver con la institución familiar del siglo XXI. La visión antropológica de aquella era radicalmente diferente a la nuestra: eran clanes y tribus que se agrupaban para defenderse y sacar adelante la prole, marcadamente patriarcal, con predominio de unos sobre otros y subordinación de todos al cabeza del clan.

El modelo familiar actual sigue cambiando: familias sin hijos, familias monoparentales, familias de hijos de diversos padres, familias homosexuales con hijos... Todo es muy delicado. Hay mucho dolor. A la Iglesia no le toca imponer modelos, sino ante todo, acompañar, aliviar, alentar, dar esperanza.
b) ¿Es comúnmente aceptado, en cuanto tal, el concepto de ley natural en relación a la unión entre el hombre y la mujer, de parte de los bautizados en general?
No, no es comúnmente aceptado que hombre y mujer constituyan un núcleo natural desde el que sólo se puede acceder a Dios. El ser humano es imagen de Dios más allá de su identidad sexual y en el siglo XXI podemos entender que exista diversidad en la forma de entender nuestra identidad. Como decía Pablo, no nos une nuestra condición biológica sino nuestro vínculo a Cristo en el que "ya no somos ni hombre ni mujer, ni judío ni gentil, ni libre ni esclavo". Nuestra raíz creacional es de ser humano y nuestro desarrollo de las potencialidades que provienen de Dios, cada uno desde su psicosexualidad, nos hace diferentes y diversos. El sabernos "hijo/a amado/a" es el fundamento de nuestro bautismo según el Espíritu.

c) ¿Cómo es contestada, en la práctica y en la teoría, la ley natural en lo que respecta a la unión entre el hombre y la mujer en vista de la formación de una familia? ¿Cómo es propuesta y profundizada en los organismos civiles y eclesiales?

Los organismos civiles respetan y promueven las uniones entre hombre y mujer, bien sea matrimonio civil, parejas de hecho o matrimonio religioso. Sin embargo la Iglesia sólo admite y acepta el matrimonio canónico, como si sólo existiera "sacramento" donde hay amor. El amor es el fundamento de toda relación y trasciende los límites de tal o cual unión: civil, canónica, en pareja, homosexual, etc. La Iglesia debería valorar y no despreciar otro tipo de uniones tan respetables como la canónica.
Si la pareja está en dificultades, como sucede tantas veces, solo será de Dios aquello que les ayude a resolver sus dificultades y a volver a quererse, si pueden; y solo será de Dios aquello que les ayude a separarse en paz, si no pueden resolver sus dificultades ni volver a quererse.

Rogamos a la Iglesia que elimine las trabas canónicas para que quienes fracasaron en su matrimonio puedan rehacer su vida con otro amor. Que la Iglesia no añada más dolor a su dolor. Y que de ningún modo les impida compartir el pan que reconforta en la mesa de Jesús, pues Jesús a nadie se lo negó.

Por parte de la institución eclesial dudo mucho que haya evolucionado acorde con los tiempos y con las situaciones reales de las personas.

d) ¿Cómo se deberían afrontar los desafíos pastorales que surgen cuando bautizados, no practicantes o que se declaran no creyentes, piden la celebración del matrimonio?
En principio la Iglesia no debería administrar cualquier sacramento a cualquiera que lo pida, sin un mínimo de garantía de que quiere vivir su adhesión a Jesús: bautismo, primera comunión o matrimonio. Debe exigir una formación previa a los padres y facilitar un proceso de educación en la fe serio y corresponsable. No más "coladeros" por convencionalismos sociales.

Por otra parte, cualquier pastoral debe basarse en el respeto, la escucha y el trato personalizado de cada caso. La Iglesia tiene el derecho y el deber de proponer un modelo de unión sacramental, de educación y de vida cristiana pero no de imponer ese modelo a todos y en cualquier circunstancia. Usar el sacramento del matrimonio para engordar listas o para una labor pastoral que debería haberse hecho en momentos  anteriores, nos parece inapropiado. El sacramento tiene sentido en la práctica del Reino de Dios y no como acto social.




3 - La pastoral de la familia en el contexto de la evangelización

a) ¿Qué experiencias han sido maduradas en las últimas décadas en orden a la preparación al matrimonio? ¿Cómo se ha tratado de estimular la tarea de evangelización de los esposos y de la familia? ¿En qué modo se puede promover la conciencia de la familia como "Iglesia doméstica"?

La pastoral del matrimonio debe poner el énfasis en la familia como Iglesia doméstica, donde se viven la fe, la esperanza y la celebran en comunidad, siendo reflejo vivo del evangelio de Jesús en medio de la sociedad. No puede haber "clichés" de cómo es la familia cristiana. Los cursos prematrimoniales deben estar orientados a aspectos fundamentales de toda relación: convivencia, respeto, libertad, educación sexual, procreación, etc. El típico cursillo prematrimonial que se reduce a llegar célibe al matrimonio o entender el sexo sólo como objeto de procreación resulta obsoleto y ridículo.
El catecumenado de adultos y de la familia ha fallado estrepitosamente en las parroquias, salvo raras excepciones. Casi nadie ha oído hablar de "iglesia doméstica" hoy día. Muchos  de nuestros jóvenes y adultos no llegarán a alcanzar su adhesión a Jesús; serán bautizados pero no evangelizados.

b) ¿Se ha logrado proponer estilos de oración en familia, que sean capaces de resistir ante la complejidad de la vida y de la cultura actual?

Ante acontecimientos puntuales y cotidianos (celebración especial, bendecir la mesa, orar al acostarse), siempre es posible hacer alusión al Dios que está con y entre nosotros. Pero es la comunidad la que acoge, educa, celebra la fe y posibilita el compromiso según edades, tiempo disponible, carismas, etc. Muchas familias han hecho dejación de su responsabilidad como transmisora de la fe porque apenas hay comunidades que ofrezcan ese espacio de oración, de celebración y fiesta compartidas. El sentido de pertenencia de l@s laicos a una comunidad es muy débil. La Iglesia tendría que preguntarsepor qué.

c) ¿En qué modo las familias cristianas han sabido realizar la propia vocación de transmitir la fe en la actual situación de crisis entre las generaciones?

Lamentablemente la transmisión de la fe se ha ido diluyendo. Los padres cedieron este derecho a los abuel@s y en muchos casos, es la comunidad cristiana la que trata de despertar la fe en los niños aun sin tener la experiencia previa de la propia familia. Con todo, es difícil que el/a niñ@ o el/a joven llegue a tener una fe adulta si no encuentra un grupo de referencia. Sin embargo, también la sociedad de hoy posibilita a través de movimientos sociales, asociaciones de todo tipo, que los jóvenes se comprometan en proyectos cuyos valores son similares a los del evangelio. Ello podría ser cauce de conversión y descubrimiento de la propia fe.

d) ¿De qué manera las Iglesias locales y los movimientos de espiritualidad familiar ha sabido crear caminos ejemplares?

Hay pluralidad de caminos, de grupos... el reto consistiría en asumir las nuevas claves espirituales y las nuevas formas que el Espíritu suscita en los hombres y mujeres de hoy posibilitando contrastar toda esta rica experiencia para no caer en fundamentalismos o en grupos sectarios. Hay también un sector de creyentes alejados que viven por libre su fe: cristian@s sin Iglesia.

e) ¿Qué aporte específico han logrado dar los matrimonios y las familias, en orden a la difusión de una visión integral del matrimonio y de la familia cristiana, que sea creíble hoy?
Como decíamos antes, la familia está dejando de ser la "iglesia doméstica" de épocas anteriores pero una familia que en el día a día da ejemplo de los valores evangélicos: respeto, comprensión, sencillez, trabajo, sin hacer discriminaciones de ningún tipo, etc, transmite la fe y pone las bases de la solidaridad y de transformación de la sociedad.

f) ¿Qué atención pastoral ha demostrado la Iglesia para sostener el camino de los matrimonios en formación y de aquellos que atraviesan por una crisis?

En muchos casos la Iglesia ha acompañado la vida y las dificultades de los matrimonios orientando, despejando dudas o dando libertad de conciencia a las parejas para que tomen decisiones según sus expectativas específicas. En otros, lamentablemente, la Iglesia ha hecho oídos sordos a situaciones de ruptura dolorosas para los propios esposos, ha condenado o, basándose en el mandato bíblico "lo que Dios ha unido que no lo desuna el hombre", ha hecho una interpretación literal dando lugar a situaciones insostenibles donde la mujer ha llevado la peor parte. Es un clamor urgente que la Iglesia reoriente sus normas y sea cauce de reconciliación, de acompañamiento, de consuelo y no añada dolor donde ha habido mucho dolor. Que no ponga trabas canónicas de difícil solución sino que imparta misericordia, ayuda y comprensión para que la persona pueda rehacer su vida con otro amor. Y que no niegue el pan y el vino a quien se acerque a la mesa del compartir. Jesús nunca lo negó a nadie.
4 - Sobre la pastoral para afrontar algunas situaciones matrimoniales difíciles.

a) ¿Es una realidad pastoral relevante en la Iglesia particular la convivencia ad experimentum? ¿Es posible estimar numéricamente un porcentaje?

No. Sin embargo debería ser relevante como ejercicio de madurez y corresponsabilidad de los jóvenes que conviven juntos antes de dar el paso definitivo hacia el matrimonio.
Con la condena actual la Iglesia sólo consigue alejar a los jóvenes.

b) ¿Existen uniones libres de hecho, sin reconocimiento religioso ni civil? ¿Hay datos estadísticos confiables?

Sí, es una realidad consolidada y normal entre los jóvenes de hoy.

c) ¿Son una realidad pastoral relevante en la Iglesia particular los que están separados y los divorciados casados de nuevo? ¿Cuál es el porcentaje numéricamente estimable?
¿Cómo se enfrenta esta realidad a través de programas pastorales adecuados?

Es una realidad que la iglesia no atiende ni se molesta en comprender. Las causas son múltiples pero ésta no debe excluir ni marginar a quienes han fracasado en su intento de convivencia ni mucho menos excluirles de la práctica sacramental: Dios nunca les abandonará y seguirán siendo signo de su presencia hasta el final de sus días. ¿Cómo puede la Iglesia arrogarse el derecho de juzgar y excluir?

d) En estos casos: ¿Cómo viven los bautizados su irregularidad? ¿Son conscientes de ella? ¿Manifiestan simplemente indiferencia? ¿Se sienten marginados y viven con sufrimiento la imposibilidad de recibir los sacramentos?

Son conscientes al haber pasado por una situación dolorosa y no buscada. Al principio la viven con indignación al sentirse discriminados y luego pasan a la indiferencia cuando ven que la Iglesia les rechaza y les ignora.

e) ¿Qué piden las personas divorciadas y casadas de nuevo a la Iglesia a propósito de los sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación? Entre las personas que se encuentran en estas situaciones ¿cuántas piden dichos sacramentos?

Como todo bautizado, se consideran hij@s de Dios y piden a la Iglesia un cambiode actitud. Al principio muchos se refugian en su fe pero cuando rehacen su vida y comprueban que la Iglesia les rechaza se sienten traicionados e injustamente tratados. Las normas eclesiales actuales no son liberadoras sino que profundizan la discriminación y el abandono de sus hij@s. En pequeñas comunidades la norma no se tiene en cuenta pero ¿no es hora de reformar algunas leyes canónicas anti evangélicas?

f) ¿Podría ofrecer realmente un aporte positivo a la solución de las problemáticas de las personas implicadas la agilización de la praxis canónica en orden al reconocimiento de la declaración de nulidad del vínculo matrimonial? Si la respuesta es afirmativa ¿en qué forma?

Sí, sería un paso indispensable para sanar y drenar heridas que afectan gravemente a la misma credibilidad eclesial. Agilizando los expedientes, favoreciendo la normalidad para que las personas puedan reanudar su vida sin culpabilidades ni impedimentos costosos. Es escandaloso el hecho de que si tienes dinero obtienes la nulidad si no, no.

g) ¿Existe una pastoral orientada a la atención de estos casos? ¿Cómo se desarrolla esa actividad pastoral? ¿Existen al respecto programas a nivel nacional y diocesano? ¿Cómo es anunciada a los separados y a los divorciados casados de nuevo la misericordia de Dios? ¿Cómo se pone en práctica el apoyo de la Iglesia en el camino de fe de estas personas?

Hay una desatención grande. En España creo que, salvo excepciones, no se practica.

5 - Sobre las uniones de personas del mismo sexo

a) ¿Existe en el país una ley civil de reconocimiento de las uniones de personas del mismo sexo equiparadas, de algún modo, al matrimonio?

Sí. El matrimonio entre personas del mismo sexo fue oficialmente legal en España el 3 de julio de 2005 siendo presidente del gobierno J. Luis Rguez. Zapatero del PSOE.

b) ¿Qué actitud asumen las Iglesias particulares y locales ante el Estado civil, promotor de uniones civiles entre personas del mismo sexo, y también ante las mismas personas implicadas en este tipo de uniones?

A pesar del apoyo del 66% de los españoles al matrimonio homosexual, la tramitación de esta ley se vio acompañada de movilizaciones sociales tanto en contra como a favor de la medida, que congregaron a miles de personas de toda España. La Iglesia Católica se opuso a esta ley, considerándola un ataque a la institución del matrimonio. Otras asociaciones también expresaron su preocupación sobre la posibilidad de que las personas homosexuales pudieran adoptar menores. En consecuencia la Iglesia no da respuesta a la situación de estas personas.
Sin embargo, en las comunidades parroquiales sí se acogen, se acompañan y se da respuesta a las necesidades de éstas.

c) ¿Qué atención pastoral es posible desarrollar en relación a las personas que han elegido vivir según este tipo de uniones?

No discriminar. Como cualquier bautizado, hacerles partícipes del mismo evangelio: "Venid a mí tod@s los que estáis cansad@s y agobiad@s"...

d) ¿Cómo habría que comportarse pastoralmente, en el caso de uniones de personas del mismo sexo que hayan adoptado niños, en vista de la transmisión de la fe?

De igual forma que todo creyente perteneciente a una comunidad cristiana. Esto no significa que la Iglesia deje de proponer el modelo de familia cristiana como válido y bueno para el mundo de hoy, pero sí que la respuesta para otras realidades sea laexclusión, el anatema. Los niños que nacen fruto de esas uniones, ¿qué culpa tienen de lo que hayan hecho o dejado de hacer sus padres, aun suponiendo que hubieran hecho algo malo? Es inaceptable esta condena por extensión.
6 - Sobre la educación de los hijos en las situaciones matrimoniales irregulares.

a) ¿Cuál es en estos casos la proporción estimada de niños y adolescentes, en relación a los niños nacidos y educados en familias regularmente constituidas?

Este lenguaje -regular, irregular- es desacertado, más aun dañino. Hace daño a un niño oír que ha nacido o que vive en el seno de un matrimonio o de una familia "irregular". Y hace daño a sus padres, los que fueren. Lo que hace daño no es ser excepción, sino ser censurado por ser excepción. En cualquier caso, la Iglesia no está para definir lo que es regular y lo que es irregular, sino para acompañar, animar, sostener a cada persona tal como es allí donde está.

b) ¿Con qué actitud los padres se dirigen a la Iglesia? ¿Qué piden? ¿Sólo los sacramentos o también la catequesis?

Fundamentalmente, aceptación y acogida. Sin estas dos actitudes, difícilmente podremos hablar de algo más concreto. Los sacramentos han de vivirse en el día a día. Antes que enseñar los preceptos de una religión se ha de vivir el amor y la misericordia. "Mirad cómo se aman", debería ser prioritario, en lugar de "cumple estas normas".
c) ¿Cómo las Iglesias particulares intentan responder a la necesidad de los padres de estos niños de ofrecer una educación cristiana para sus hijos?

Salvo en comunidades pequeñas en las que se vive el espíritu del C.V.II donde se acoge, se acompaña y se vive la experiencia comunitaria de la fraternidad, en otras se ven rechazados, discriminados.

d) ¿Cómo se desarrolla la praxis sacramental en estos casos: la preparación, la administración del sacramento y el acompañamiento?

Como a cualquier otra persona de la comunidad se le da una formación seria, se le acoge sin reservas para llegar al compromiso verdadero fuera de convencionalismos sociales que pervierten el genuino mensaje de Jesús.

7 - Sobre la apertura de los cónyuges a la vida

a) ¿Tienen los cristianos un real conocimiento de la doctrina de la Humanae vitae sobre la paternidad responsable? ¿Qué conciencia se tiene del valor moral de los diferentes métodos de control de los nacimientos? ¿Qué profundizaciones podrían ser sugeridas sobre esta materia desde el punto de vista pastoral?

La encíclica de Pablo VI (1968) que declaró pecado mortal el uso de todo método anticonceptivo "no natural", todo método que no fuera la abstinencia o la adecuación al ciclo femenino de la fertilidad hizo sufrir a casi todos nuestros padres y aun a nosotros mismos. Fue lamentable en su tiempo y no es menos lamentable que haya sido mantenida hasta hoy.

b) ¿Es aceptada la mencionada doctrina moral? ¿Cuáles son los aspectos más problemáticos que dificultan la aceptación en la gran mayoría de los matrimonios?
c) ¿Qué métodos naturales son promovidos de parte de las Iglesias particulares para ayudar a los cónyuges a aplicar la doctrina de la Humanae vitae?

Afortunadamente, los creyentes por debajo de los 60 años no la conocen. Hoy nadie la comprende y entre los mismos católicos nadie la cumple. Pocos sacerdotes y obispos se atreven a exponerla todavía. Ya no tiene sentido afirmar que la relación sexual haya de estar necesariamente abierta a la reproducción ni seguir distinguiendo entre métodos naturales y artificiales, y menos todavía condenar un método porque sea "artificial".
Asistimos a un cambio transcendental en todo lo que tiene que ver con la sexualidad y la reproducción: por primera vez después de dos milenios, la relación sexual ha dejado de ser necesaria para la procreación. Es un cambio tecnológico que trae consigo un cambio antropológico y requiere un nuevo paradigma moral. La sexualidad y la vida siguen siendo tan sagradas como siempre y es preciso cuidarlas con suma delicadeza. Pero el criterio y las normas de la Humanae Vitae no ayudan a ello, sino que lo dificultan. Anhelamos que la palabra de la Iglesia sea luz y consuelo, como el Espíritu de Dios, como lo fue la palabra de Jesús en su tiempo y sería también en el nuestro.

d) ¿Cuál es la experiencia respecto a este tema en la praxis del sacramento de la Penitencia y en la participación en la Eucaristía?

Ha habido experiencias nefastas en el sacramento de la penitencia. De hecho ha sido el sacramento que más ha alejado a los creyentes de la Iglesia. Las mujeres lo hemos sufrido de manera muy especial pues nos tocó cargar con la culpa de casi todo. Los hombres "pasaron" de sus normas. En cuanto a la Eucaristía, se ha visto condicionada por esa misma obsesión pecaminosa de lo sexual, hemos tenido que soltar lastre y hacer una relectura profunda de nuestro ser mujer para liberarnos de tanta opresión y dominación patriarcal. Ni la sexualidad ni el control de natalidad debiera ser materia de estos sacramentos sino una decisión libre de los cónyuges en base al amor recíproco de ambos.
 e) ¿Qué contrastes se detectan entre la doctrina de la Iglesia y la educación civil en relación a esta temática?

Hay un contraste abismal. En la educación civil ha habido un gran avance no exento de polémica, pero ha supuesto situar el tema a favor del ser humano y su misión en el mundo. La Iglesia está a años luz de una perspectiva actual que atañe principalmente a la pareja.

f) ¿Cómo se puede promover una mentalidad más abierta a la natalidad? ¿Cómo puede favorecerse el aumento de los nacimientos?

Dejando de considerar el sexo como algo pecaminoso y proponiendo una auténtica paternidad responsable, favoreciendo que las familias tengan el sustento y el soporte económico y social adecuados para que la natalidad sea un acto realmente responsable. La lógica del Evangelio supone tener los hijos que puedan mantenerse, que éstos sean deseados y puedan tener un futuro digno.


8 - Sobre la relación que existe entre la familia y la persona

a) Jesucristo revela el misterio y la vocación del ser humano ¿La familia es realmente un ambiente privilegiado para que esto tenga lugar?

Sí, siempre y cuando se construya en base al amor y al respeto entre todos sus miembros.

b) ¿Qué situaciones críticas de la familia en el mundo actual pueden constituir un obstáculo para el encuentro de la persona con Cristo?

Jesús sale a nuestro encuentro en cualquier modelo de familia, en cualquier situación familiar. Encerrarnos en nosotros mismos, en nuestras ideas y normas, en nuestros miedos y sombras, es lo único que nos aleja del otro y de Dios. Una Iglesia que anunciara esto, como Jesús, sería una bendición para la humanidad en todas sus situaciones.

c) ¿En qué medida las crisis de fe que las personas pueden atravesar inciden en la vida familiar?

La fe forma parte de la vida de cada hombre y mujer y en la medida en que somos seres sociales, cualquier crisis de fe puede incidir en la vida familiar y social. Puede ser motivo de abandono o, por el contrario, de fortalecimiento y de purificación de nuestra fe.

9 - Otros desafíos y propuestas

¿Existen otros desafíos y propuestas en relación a los temas tratados en este cuestionario que merezcan ser considerados como urgentes o útiles?

Fundamentalmente, que las respuestas que se den a este cuestionario, sean tenidas en cuenta para la construcción de una Iglesia más participativa, más inclusiva, más pendiente de los sufrimientos y anhelos del hombre y la mujer de hoy. El verdadero reto es volver a colocar la Iglesia en el centro.

Asimismo, agradecemos de corazón esta iniciativa pues se pide la opinión a los hombres y mujeres que estamos viviendo estos desafíos que se han discutido durante demasiado tiempo en foros cerrados donde las mujeres no hemos tenido voz. Deseamos que den fruto en forma de decisiones que abran a la Iglesia a una auténtica pastoral familiar, que afronte los desafíos con valentía e inclusión, como lo haría Jesús, que nos dijo que "allí donde dos o más estén reunidos en su nombre, ahí estará él".
Es lamentable que la Conferencia Episcopal Española no haya divulgado y animado a participar a las comunidades parroquiales locales.
 En la mayoría de éstas este cuestionario ha pasado totalmente desapercibido. Los/as cristianos/as, como Pueblo de Dios, también tenemos derecho a alzar nuestra voz en favor de la Iglesia de los que seguimos a Jesús.

Nuestro anhelo es que el Papa Francisco logre hacer de la Iglesia el signo de la presencia de Dios en el mundo.






Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización
LAS PRIMERAS AFECTADAS
Respuesta a la encuesta del Sínodo sobre la Familia
ASOCIACIÓN DE TEÓLOGAS ESPAÑOLAS (ATE)
MADRID.
ECLESALIA, 17/01/14.- Consideramos muy positivo el hecho de que el Papa Francisco haya querido que se pregunte a todas las Iglesias locales y que todos los creyentes hablen, debatan abiertamente sobre estos temas; sobre todo, consideramos positivo, y ciertamente una novedad esperanzadora, que las primeras afectadas, las familias, puedan tener una palabra no dirigida ni interpretada sobre estos temas, a los que, por otra parte, se alude sin eufemismos y sin tabúes.
Queremos ofrecer nuestra respuesta como asociación de mujeres teólogas feministas cristianas, aceptando con esperanza la invitación del Papa Francisco. Contestaremos por apartados.
1.- Conocimiento de los documentos del Magisterio de la Iglesia en relación con la Familia
La mayoría de los creyentes considera que los documentos del Magisterio sobre la realidad familiar son escritos lejanos, irreales, autorreferenciales, con un lenguaje ampuloso y vacío; documentos hechos desde posiciones dogmáticas rígidas, desconectados de la realidad familiar que desconocen; documentos donde hay más condenas que orientaciones plausibles y esperanzadoras.
Los obstáculos o factores de dificultad que impiden la recepción del Magisterio y la doctrina de la Iglesia no son tanto los factores culturales, como se dice, cuanto los que se encuentran en la propia estructura eclesial. La mayoría de los cristianos piensa que, a dichos documentos y a sus autores, les falta experiencia e implicación en la vida familiar directa y que están muy alejados de la vida diaria en la que las familias tienen que bregar y dilucidar situaciones dolorosas, difíciles y angustiosas. La mayoría de los cristianos no encuentra en estos documentos ni luz ni ayuda en sus vidas y en sus problemas reales .
En la mayoría de estos documentos, se utilizan las Escrituras de forma descontextualizada y desconocedora de los estudios histórico-críticos; se utilizan para apoyar ciertas posturas dogmáticas previas que acaban por hacer inocua la palabra novedosa y crítica del Evangelio y se vacunan contra cualquier cuestionamiento profético y crítico. Bastantes veces, ese uso descontextualizado de las citas de la Escritura sigue la letra y traiciona el espíritu de la buena noticia del Evangelio, como cuando se apela al Evangelio para prohibir el divorcio en cualquier caso. Algunas veces, en la práctica, ese uso descontextualizado de las Escrituras resulta pernicioso para las mujeres en lo que se refiere a su lugar en la familia, en la comunidad y en la Iglesia. Un ejemplo es el uso de los Códigos domésticos sin mención alguna al contexto cultural en el que surgieron (Ef 5, 21-6,9; Col 3,18-4,1; 1 Tm 2,8-15; Tt 2,1-10; 1Pe 2,13-3,7).
2.- Matrimonio según la Ley natural
Se sigue utilizando el concepto de Ley natural, cuando este concepto es muy discutido desde hace ya unas décadas. Una Ley natural interpretada desde una filosofía concreta que está en franca discusión, incluso en el seno de la teología católica. Es necesaria una discusión y revisión de esta categoría y su substitución por una más adecuada, que consiga reunir la capacidad e iniciativa humana, puesta por Dios en el ser humano, y la presencia divina en su creación.
El ser humano, a lo largo de la historia, no deja de mostrar que el proceso, la creación, la búsqueda, la superación, la mejora, el ensayo y el error son parte de su naturaleza humana, de las circunstancias en las que va haciéndose, en las que va mejorando; y es en la historia, con lo que tiene ésta de provisional, donde se realiza o se destruye. Es cierto que el ser humano puede empañar esa imagen de Dios que los creyentes creemos que está en cada persona, pero también es cierto que no puede dejar de buscar y probar porque dejaría de ser humana.
Aplicado este tema al matrimonio y la familia hay que decir que el matrimonio es una institución que ha ido cambiando a lo largo del tiempo y que, aún hoy en día, es culturalmente diversa. Como es sabido, en sus comienzos, el cristianismo aceptó las formas culturales de matrimonio de cada lugar.
Detectamos en los documentos eclesiales y en sus prácticas pastorales una idea demasiado cerrada y estrecha de lo que es y debe ser la familia. Pensamos que sería mejor mirar primero la realidad de “la familia” y ver que es múltiple, diversa y cambiante. La “familia” ha evolucionado mucho en sus formas y en su problemática y no es posible acercarse a ella desde un patrón que pertenece a otra época, en la que hubo tipos de familias diferentes, con aspectos positivos, pero con otros muy negativos. Las familias actuales son plurales en sus formas y, no siempre, las formas más tradicionales procuran personas más sanas. Hay matrimonios casados por la Iglesia que son un infierno; la violencia machista se da en hogares tradicionales, mientras en otros hogares menos tradicionales hay amor, respeto, valores humanos y cristianos. El secreto no parece ser la adecuación a las normas “tradicionales” (tradición que suele tener un horizonte temporal más bien limitado). Es necesario detectar los ambientes familiares y las circunstancias que hacen de los hogares lugares de crecimiento, de apertura a los otros y semillero de valores humanos y cristianos.
Observar la realidad múltiple de la familia debería llevar a abrir la mente y a replantear el modelo familiar, a ampliar los esquemas que se tienen sobre lo que es y debería ser una familia, a repensar qué es lo más importante exigible para decir que estamos ante una familia de verdad; algo que, en realidad, han hecho la mayoría de las madres y padres, abuelas y abuelos, a los que les ha tocado cambiar su modelo familiar, aquél en el que habían sido educados y socializados; han aprendido a detectar posibilidades y peligros. Ellos aceptan, si ven amor y responsabilidad, que sus hijos/as vivan sin casarse o se casen por lo civil; aceptan los matrimonios homosexuales de sus hijos (¿por qué no llamarlos matrimonio, si ven en ellos los mismos sentimientos y responsabilidades que en los suyos propios?) Quieren con locura a sus nietos/as tenidos o adoptados por estas parejas.
La sociedad ha dejado de ser hipócrita en cuanto a los hijos de madres solteras, a las relaciones extramatrimoniales u homosexuales. Mayoritariamente, se sabe diferenciar cuándo algo es serio y cuándo no lo es, cuándo hace bien a las personas y cuándo las destruye.
3.- La pastoral en el contexto de la evangelización
Se ha hecho un esfuerzo en la preparación al matrimonio, pero las circunstancias laborales y sociales no permiten ciertos horarios. El ideal sería un trato más personal.
Creemos que sería necesaria una reflexión conjunta que parta de la realidad de las familias, con la conciencia de que estamos en un mundo diferente al de hace medio siglo, un mundo con sus peligros y con sus grandes posibilidades; es necesario que las familias, todas ellas, tengan una palabra real.
La trasmisión de la fe debe contar con los cambios de la sociedad, con los obstáculos y las oportunidades. Hoy no se puede tratar a los hijos como se les trataba en épocas pasadas, en las que el cabeza de familia era padre y patrón. Es necesaria la vivencia de los valores cristianos, pero éstos pueden vivirse de formas varias y con acentos diversos. Hay que ayudar a las familias a encontrar vías para transmitir los valores evangélicos a los más jóvenes.
Pensamos que ésta es también labor de toda la comunidad cristiana pues, hoy en día, los hijos buscan por su cuenta más allá de los límites del hogar familiar. Quizá lo más importante es darles una socialización con una base sólida en los valores del Evangelio y una sensibilidad hacia las necesidades de los más desfavorecidos, ayudándoles a abrirse a Dios. En la sociedad actual, no se puede concebir la vida de fe familiar de la misma forma que hace 50-70 años. Hay que saber diferenciar lo fundamental y nuclear que construye a la persona, como persona humana y cristiana, de las formas más anecdóticas.
La mejor manera de trasmitir la fe es el ejemplo de matrimonios que se quieren y se abren a los demás, que es un lenguaje que todo el mundo entiende.
4.- Pastoral en situaciones matrimoniales difíciles
La pastoral puede aprender de madres, padres, abuelas y abuelos que han aprendido a aplicar criterios de amor, respeto, plenitud, alegría, humanización, acogida, inclusividad, etc, en las relaciones o en modelos familiares inusuales para el esquema tradicional (hijos casados, separados o divorciados y vueltos a casar, con hijos de otra pareja que aprenden a convivir y a quererse por encima de los vínculos de sangre; hijos homosexuales casados y con hijos adoptados, por los que se sacrifican y que crecen felices…, hijos adoptados o acogidos que son queridos y cuidados igual que los naturales.). Estos padres y madres, abuelas y abuelos que han cambiado sus esquemas tradicionales de familia parten de la realidad y del criterio evangélico y profundamente humano: “por sus frutos los conoceréis”. Quieren lo mejor para sus hijos/as y eso les lleva a enfrentarse con apertura a los cambios y a las nuevas realidades familiares. Unos cambios que, en muchas ocasiones, tienen a las madres como agentes de cambio social, conciliadoras de situaciones comprometidas, acogedoras de hijos e hijas en sus opciones personales, por mucho que difieran de las expectativas propias
Hay situaciones de violencia o no entendimiento que empujan y aconsejan la disolución del vínculo matrimonial. Lo mejor sería facilitar una situación en la que pudieran rehacer sus vidas. No se puede negar los sacramentos a las personas divorciadas, separadas y vueltas a casar, cuando eso no se hace ni con los violadores, los dictadores o los defraudadores.
5.- Uniones con personas del mismo sexo
Lo primero que habría que hacer es escuchar a quien se declara homosexual y creyente. Escuchar a estas personas y parejas con respeto, mente y corazón abiertos. Escuchar lo que necesitan y luego hacer planes conjuntos. Es mala la práctica del “todo para ellos, pero sin ellos”, tanto para las parejas y familias del mismo sexo, como para todas las demás. Cada vez más, esta realidad deja de estar escondida y sale a la luz.
La mayoría de los bautizados, en las democracias occidentales, acepta la unión de parejas del miso sexo, aunque algunos puedan mostrar reticencias a su consideración matrimonial o a su capacidad de adoptar hijos. Si creemos en la gracia del sacramento no se puede negar a quien lo pida, máxime cuando decimos que Dios es amor y el amor generador de vida de muchas parejas del mismo sexo es evidente.
6.- Educación de los hijos en situaciones matrimoniales irregulares
La educación que se les da a los hijos en situaciones matrimoniales complejas puede ser buena o mala o regular, como en el caso de las familias con una situación menos compleja. Un ejemplo: un matrimonio compuesto por una separada y un divorciado (de unión civil), cada uno con un hijo de un matrimonio anterior y con otro común, es una familia que empieza a ser normal. La vida familiar es normalmente de respeto, cariño, solidaridad entre todas ellas, educación en valores… probablemente; el único problema puede ser el trato de “irregulares” que tengan que llevar como un “sambenito”, un estigma con el que cargar y que a veces se usa, precisamente, en ambiente religiosos (léase colegios religiosos) para poner pegas a la admisión de los niños. Puede haber familias del tipo de la del ejemplo que sean un desastre, es cierto; pero también hay familias bendecidas con el sacramento del matrimonio y con los papeles en regla que son un nido de violencia e inhumanidad y que no educan a sus hijos en los valores del Evangelio. Y lo mismo podríamos aplicar a las parejas que no se han casado o lo han hecho por lo civil y a las familias del mismo sexo.
7.-Apertura de los cónyuges a la vida
Pablo VI publicó la Humanae Vitae, desoyendo las consultas hechas a los expertos. Es uno de los temas que más ha alejado a los católicos del Magisterio. La publicación de la Humanae Vitae supuso un antes y un después, ya que los laicos deciden ante Dios y su conciencia los hijos que pueden y quieren tener y, para conseguirlo, utilizan todos los métodos a su alcance. El desconocimiento de la realidad familiar, los presupuestos filosóficos de los que parte la hacen realmente insuficiente y fallida. El Magisterio debería confiar más en la adultez y generosidad de la inmensa mayoría de los matrimonios y no inmiscuirse en su conciencia.
Sigue existiendo en el Magisterio una concepción negativa de la sexualidad que procede de épocas anteriores en las que primaban una antropología y una filosofía muy concretas.
Es urgente revisar la idea de que la sexualidad es sólo válida si da como resultado la vida de un bebé. La sexualidad es parte del ser humano y contribuye a su plenitud. La apertura a la vida de los esposos puede darse y se da de múltiples formas. Es cierto que algunas parejas se cierran a tener hijos, pero hay también muchísimos que hacen grandes esfuerzos por tenerlos. Por otra parte, los matrimonios que, por diversas causas – no siempre por voluntad- no tienen hijos pueden ser y son matrimonios abiertos a la vida. La fecundidad no es sólo física; la plenitud que procede de la vida de pareja, en la que la sexualidad es un elemento fundamental y no solo un medio para procrear, se expande de múltiples formas en bien de los demás, de la sociedad.
Sería mejor aceptar el sentir de los fieles bautizados que actúan en conciencia.
8.- Otros desafíos y respuestas
Muchos peligros que afectan a la vida familiar proceden de la pobreza o de la violencia machista de la que son víctimas principales las mujeres y los niños. La Iglesia debe denunciar y luchar contra este mal en su actitud, en su pastoral…. Nada en su pastoral debe legitimar el dominio o superioridad del varón sobre la mujer. Debe revisar todas sus catequesis, ritos, oraciones… que justifiquen o legitimen estas conductas. La violencia contra las mujeres es una lacra que se cuece en las familias.
Las políticas neoliberales, que vuelven a cargar sobre los más débiles, van a hacer muy difícil la labor de los padres para dar un hogar, una educación, una sanidad digna a sus hijos. ¿Cuántos hijos se podrán tener en esta situación que se está creando? Es fácil acusar de egoísmo, cuando no se sabe lo que es pasar noches en vela e ir a trabajar al día siguiente porque la reducción de jornada es casi un seguro de despido, ni se sabe los números que se han de hacer para pagar los libros del colegio o llegar a final de mes con un sueldo de 1200 euros, con suerte. Las leyes no apoyan a las familias de verdad n suficientemente.
Sorprende que las preguntas no hagan referencia a las mujeres ni aluda a la violencia que se ejerce contra ellas en el seno de las familias (cada año se lleva a la tumba a un centenar, solo en España). Da la impresión de que el temario ha sido hecho desde el punto de vista de los varones.
Habría que preguntarse si el modelo de familia que presenta la Iglesia sigue estando vigente en muchos países. La mujer, madre, asexuada, ángel del hogar siempre presente, sin espacio, necesidades ni voluntad propias, no refleja la realidad actual de las democracias occidentales. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
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