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PRESENTACIÓ

PRESENTACIÓ:

dissabte, 11 de gener del 2014

AQUEST FRANCESC...¡¡¡¡




"Mi mensaje al Foro Económico Mundial en Davos"

Esta es la traducción del texto completo de la intervención especial del Papa Francisco a la Reunión Anual del Foro Económico Mundial que está teniendo lugar en Davos, leído por el cardenal Turkson, y dirigido a Klaus Schwab, Fundador y Presidente del FEM.

Le agradezco mucho su amable invitación para dirigirme a la reunión anual del Foro Económico Mundial, que, como de costumbre, se celebrará en Davos- Klosters, a final del mes. Confiando en que este encuentro brinde una oportunidad para una reflexión más profunda sobre las causas de la crisis económica que sacude al mundo en los últimos años, quisiera aportar algunas consideraciones con la esperanza de que puedan enriquecer los debates del Foro y  dar una contribución útil a su importante labor.
La nuestra, es una época de grandes cambios y avances significativos en diversas áreas, y esto tiene consecuencias importantes para la vida humana. Efectivamente “son de alabar los avances que contribuyen al bienestar de la gente, como, por ejemplo, en el ámbito de la salud, de la educación y de la comunicación” (Evangelii Gaudium, 52), así como en muchos otros sectores de la actividad humana, y hay que reconocer el papel fundamental desempeñado por  la economía moderna en estos cambios, a la hora de fomentar y  desarrollar los recursos inmensos de la inteligencia humana. Sin embargo, los objetivos logrados  -aunque hayan  reducido la pobreza de un gran número de personas – a menudo han llevado aparejada  una amplia exclusión social. De hecho, la mayor parte de los hombres y mujeres de nuestro tiempo siguen experimentando la inseguridad cotidiana, y no raramente con consecuencias trágicas.
Con respecto a vuestra reunión, me gustaría hacer hincapié en la importancia que tienen los distintos sectores políticos y económicos en la promoción de un enfoque inclusivo que tenga en cuenta la dignidad de toda persona humana y el bien común. Me refiero a la atención que debería plasmar cualquier decisión política y económica, pero que, de momento, parece ser poco más que un replanteamiento. Los que trabajan en estos sectores tienen una responsabilidad precisa para con los demás, especialmente con los más frágiles, débiles y vulnerables.
Es intolerable que todavía miles de personas mueran cada día de hambre, a pesar de las grandes cantidades de alimentos disponibles y, a menudo, simplemente desperdiciados. Del mismo modo, no pueden dejar de impresionarnos  los imnumerables refugiados que buscando condiciones de vida con un mínimo de dignidad,  no sólo no consiguen  encontrar  hospitalidad,  sino que a menudo mueren trágicamente mientras se desplazan de un lugar a otro. Sé que estas son palabras fuertes, incluso dramáticas , pero al mismo tiempo quieren reafirmar y desafiar la capacidad de este Foro para marcar  la diferencia. De hecho, los que han demostrado la capacidad para innovar y mejorar la vida de muchas personas a través de su creatividad y experiencia profesional, pueden ofrecer una contribución adicional poniendo sus capacidades al servicio de los que aún viven en medio de una terrible pobreza.
Hace falta, por lo tanto,  un renovado, profundo y amplio sentido de responsabilidad por parte de todos. “La vocación de un empresario es una noble tarea, siempre que se deje interpelar por un sentido más amplio de la vida” (Evangelii Gaudium , 203). De este modo, los hombres y las mujeres pueden  servir más eficazmente al bien común y  hacer  que los bienes del mundo sean más accesibles para todos. Sin embargo, el crecimiento de la igualdad requiere algo más que el crecimiento económico, aunque si lo presupone.  Se requiere, en primer lugar, “una visión trascendente de la persona” (Benedicto XVI , Caritas in Veritate, 11 ), porque “sin la perspectiva de una vida eterna, el progreso humano en este mundo se queda sin aliento”. (Ibid) . Además, necesita decisiones, mecanismos y procesos encaminados a una mejor distribución de la riqueza, la creación de fuentes de empleo y la promoción integral del pobre, que va más allá de una simple mentalidad de asistencia.
Estoy convencido que una apertura tal a lo trascendente puede dar forma a una nueva mentalidad política y económica, capaz de reconducir toda la actividad económica y financiera dentro de un enfoque ético que sea verdaderamente humano. La comunidad económica internacional puede contar con muchos hombres y mujeres de gran honestidad e integridad personal, cuya labor se inspira y guía por nobles ideales de justicia, generosidad y atención por el auténtico desarrollo de la familia humana. Os exhorto  a aprovechar estos grandes recursos humanos y morales, y a haceros cargo de este desafío con determinación y visión de futuro. Sin ignorar, por supuesto, los requisitos específicos,  científicos y profesionales, de cada sector, os  pido que os esforzéis para  que la humanidad se sirva  de la riqueza y no sea gobernada por ella.
Estimado Presidente, queridos amigos: espero que podáis  ver en estas breves palabras un signo de mi atención pastoral y una aportación constructiva para que vuestra actividad sea siempre más noble y fecunda. Renuevo mis mejores deseos para el éxito de la reunión e invoco la bendición divina sobre vosotros y los participantes del Foro, así como sobre vuestras familias y vuestro trabajo.
Vaticano, 17 de enero de 2014.






¿Una nueva pro-vocación del Papa Francisco? La dimensión social de la nueva Evangelización
Creado el 10 gener 2014 

Llorenç Puig“Confesar a un Padre que ama infinitamente a cada ser humano implica descubrir que con ello le confiere una dignidad infinita”.
Éste es el fundamento del capítulo cuarto de “Evangelii Gaudium”, en el que el Papa Francisco muestra la dimensión social del proyecto de evangelización que plantea.
La “Alegría del Evangelio” es un programa de nueva evangelización amplia, sugerente, que nos plantea muchos retos y que, como hemos visto en un post anterior, se basa en el encuentro personal, hondo, real, con Jesucristo.
Pues bien, cuando se refiere a las consecuencias sociales que tiene este encuentro con el Señor, nos indica algunas tentaciones en las que siempre podemos caer y de las que nos quiere prevenir. Así, la “Alegría del Evangelio”:
- No es una propuesta de bienestar personal de cada uno. No responde simplemente a una búsqueda individual de la paz, a la armonía interior por sí misma.
- Tampoco propone un método para ‘tranquilizar la propia conciencia’,  por ejemplo mediante acciones caritativas puntuales: “Nuestra respuesta de amor tampoco debería entenderse como una mera suma de pequeños gestos personales dirigidos a algunos individuos necesitados, lo cual podría constituir una «caridad a la carta», una serie de acciones tendentes sólo a tranquilizar la propia conciencia.” [núm. 180]
- Ni mucho menos es un programa eclesial ‘hacia adentro’ y que olvide el papel social de los cristianos/as en nuestro mundo: “nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional, sin preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos”. [183]
Nos encontramos, más bien, ante un proyecto pastoral, evangelizador, que se propone un “desarrollo de todas las personas y de toda la persona”, de la integralidad de cada persona. El proyecto de evangelización no es un asunto de sacristías, sino de las calles, los mercados, las universidades y las fábricas. Por ello, nos encontramos ante un programa que es una llamada a todos los cristianos/as, para que recuerden que “están llamados a preocuparse por la construcción de un mundo mejor”.
La Iglesia no se puede limitar a dar consuelo a las víctimas, a curar simplemente heridas, sino que debe hacer propuestas decididas, tal vez contra-culturales, pero que aporten nuevos horizontes: “el pensamiento social de la Iglesia es ante todo positivo y propositivo, orienta una acción transformadora, y en ese sentido no deja de ser un signo de esperanza que brota del corazón amante de Jesucristo”. [183]
Pero para que este pensamiento social de la Iglesia sea significativo y pueda continuar siéndolo, debe recordar dónde están sus raíces.
1) Una de las primeras raíces es la atención y la proximidad a los más pobres, los más vulnerados. Nos recuerda el Papa Francisco esta grave obligación de escuchar, de ser ‘instrumentos de Dios en la escucha del clamor de los más sufrientes’:
“Hacer oídos sordos a ese clamor, cuando nosotros somos los instrumentos de Dios para escuchar al pobre, nos sitúa fuera de la voluntad del Padre y de su proyecto” [187].
¿Somos esos oídos que se acercan, que escuchan, que hacen conocer los afanes, dolores, angustias de nuestros hermanos/as? ¿O estamos tan lejos que ni somos conscientes de su realidad?
2) Este clamor nos invita a un cambio de mentalidad, una manera nueva de entender las relaciones sociales y las cosas tan aparentemente claras como la propiedad misma:
“La palabra «solidaridad» está un poco desgastada y a veces se la interpreta mal, pero es mucho más que algunos actos esporádicos de generosidad. Supone crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos”. Y este ‘cambio de mentalidad’ nos puede incomodar, a los que fácilmente nos podemos acurrucar en nuestras comodidades…: “el planeta es de toda la humanidad y para toda la humanidad, y que el solo hecho de haber nacido en un lugar con menores recursos o menor desarrollo no justifica que algunas personas vivan con menor dignidad. Hay que repetir que «los más favorecidos deben renunciar a algunos de sus derechos para poner con mayor liberalidad sus bienes al servicio de los demás»” [190].
3) Es por ello que sin dar demasiados rodeos, el Papa Francisco recuerda que
“Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica. Dios les otorga «su primera misericordia»”.
Y añade todavía que:
“Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos. Además de participar del sensus fidei, en sus propios dolores conocen al Cristo sufriente. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos. La nueva evangelización es una invitación a reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino de la Iglesia. Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos”. [198]
Son ciertamente unas bases bien incómodas, incomodantes. Por ello es interesante ver cómo el mismo escrito se adelanta a las críticas posibles, que de hecho ha recibido ya de los sectores más conservadores de los neoliberales estadounidenses. Dice así:
“La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica, pero a veces parecen sólo apéndices agregados desde fuera para completar un discurso político sin perspectivas ni programas de verdadero desarrollo integral. ¡Cuántas palabras se han vuelto molestas para este sistema! Molesta que se hable de ética, molesta que se hable de solidaridad mundial, molesta que se hable de distribución de los bienes, molesta que se hable de preservar las fuentes de trabajo, molesta que se hable de la dignidad de los débiles, molesta que se hable de un Dios que exige un compromiso por la justicia…”. [203]
Pero sólo desde el ejercicio de la memoria y de la atención a lo que sucede con los últimos, los más vulnerables,  podremos proponer un análisis y unas propuestas estructurales que sean transformadoras. Se podrá decir que el pensamiento social de la Iglesia es ilusorio, utópico, poco realista. Pero es un pensamiento que tiene por centro no sólo a los ‘triunfadores’ o a las ‘grandes cifras’ estadísticas, sino a las personas concretas que los grandes análisis suelen considerar ‘colaterales’ o ‘estadísticamente poco significativas’. Y por ello, porque este análisis recuerda a las personas concretas y recuerda los mejores valores de la persona humana, es más realista que el que cree que ‘el sistema’ lo erreglará todo.
Por eso suenan con fuerza estas últimas palabras, llenas de realismo, que reproducimos en este post:
“Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado. El crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone, requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos específicamente orientados a una mejor distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo. (…) la economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno, como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado laboral y creando así nuevos excluidos”. [204]
Así, pues, desde este blog invitamos a los lectores a seguir leyendo y haciendo propio el proyecto que de forma tan valiente nos ofrece el Papa Francisco. Ojalá sepamos ir trabajando, a lo largo de este año 2014, esta pro-vocación que nos lanza esta Exhortación.





L’alegria de l’evangeli: un document diferent

por Victor Codina - CRISTIANISME i JUSTÍCIA
A finals de novembre el Papa Francesc va publicar la seva Exhortació apostòlica sobre l’anunci de l’evangeli (Evangelii gaudium) on recull les aportacions del Sínode de Bisbes d’octubre de 2012 sobre la nova evangelització per a la transmissió de la fe cristiana avui. Però a més de recollir la riquesa del Sínode, Francesc expressa la seva preocupació personal per l’obra evangelitzadora de l’Església. En aquest sentit aquesta Exhortació reflecteix el pensament i el full de ruta del nou bisbe de Roma. El que fins ara ell havia expressat de forma dispersa en gestos i paraules (fer olor de ovella, sortir al carrer, anar a les fronteres, Església com a hospital de campanya…) ara troba la seva justificació i formulació pastoral. Aquesta Exhortació vol donar algunes orientacions per a la reforma de l’Església.
És impossible en poques línies resumir tota la riquesa dels seus 288 números, 140 pàgines en versió digital. Per això ens limitarem a assenyalar tres aspectes que ens semblen fonamentals i nous d’aquesta Exhortació papal.
1-Des del començament d’aquest document i al llarg de tot ell, aflora un sentiment viu de l’alegria de l’evangeli que omple el cor i la vida sencera dels que es troben amb Jesús, en contrast amb el risc de tristesa individualista, recerca de plaers superficials i l’aïllament del món actual. D’acord amb el títol del document, l’evangeli és font d’alegria i de vida, un goig que brolla del cor de Crist ressuscitat. Aquesta alegria és la que impulsa els cristians a evangelitzar, a anunciar la bona i sempre nova notícia de la salvació i de l’amor de Crist. Per això els cristians no han de tenir cara de funeral ni de quaresma sense Pasqua, sinó irradiar al món l’alegria de Crist.
2-Aquesta alegria no és ingènua, ja que reconeix els greus desafiaments d’avui: una economia que mata i que exigeix ​​per tant del cristià una postura de denúncia profètica: no a l’economia d’exclusió, no a la nova idolatria dels diners, no a uns diners que governen en lloc de servir. Això implica positivament accentuar la dimensió social de l’evangelització i el compromís de l’Església amb els pobres i els exclosos de la societat, de manera que l’Església sigui una Església pobra i dels pobres, que escolti el seu clam i treballi per la seva inclusió social.
3-Tot això suposa un gran canvi en la Església, una renovació, una pastoral en conversió, una Església en estat de missió, que no s’aferri a coses que ja no tenen sentit avui, que superi el pessimisme estèril, la mundanitat espiritual i les guerres i divisions internes, que abandoni el clericalisme que no és cristià, i en canvi revaloritzi als laics i a la dona, en unes relacions noves entre tots els cristians que neixen del Senyor.
Però més enllà d’aquestes afirmacions concretes, l’exhortació està corroborant i dibuixant el nou estil i model d’Església que promou Francesc: d’una Església poderosa, distant, freda encartonada, poruga, reaccionària, de la qual la gent s’allunya i se’n va… a una Església pobra, senzilla, propera, acollidora, sincera, realista, que promou la cultura de la trobada; d’una Església moralista obsessionada per l’avortament, el control de natalitat i el matrimoni homosexual… a una Església que va a l’essencial, recupera l’evangeli, anuncia la gran bona notícia de la salvació en Crist; d’una Església centrada en el pecat i que ha fet una tortura del sagrament de la confessió i una duana de la petició de sagraments… a una Església de la misericòrdia de Déu, de la tendresa, de la compassió, amb entranyes maternals, que reflecteixi la misericòrdia del Pare; d’una Església centrada en ella mateixa, autoreferencial, preocupada pel proselitisme… a una Església dels pobres, preocupada sobretot del dolor i del sofriment humà, de la guerra, de la fam, de l’atur juvenil, de la gent gran; d’una Església tancada en si mateixa, relíquia del passat, amb tendència a mirar-se el melic, amb gust d’hivernacle, que espera que vinguin els altres… a una Església que surt al carrer, passeja pels carrers la fe, va als marges socials i existencials, a les fronteres; d’una Església que discrimina els que pensen diferent, als diversos… a una Església que respecta als que segueixen la seva pròpia consciència; d’una Església amb tendència restauracionista i de marxa enrere que enyora el passat… a una Església que considera que el Vaticà II és irreversible; d’una Església amb pastors tancats en les seves parròquies, clergues de despatx, que busquen fer carrera, que acaben sent col·leccionistes d’antiguitats, bisbes sempre en aeroports… a pastors que facin olor a ovella, que caminin davant, darrere i al mig del poble; d’una Església ONG piadosa, clerical, masclista, monolítica, narcisista… a una Església Casa i poble de Déu, llar, que respecti la diversitat, on juguin un paper rellevant els laics, les dones, les famílies; d’una Església envellida, trist, amb gent amb cara de cadàver o somriures d’hostessa… a una Església jove i alegre, llevat i ferment en la societat, amb l’alegria i la llibertat de l’Esperit, on els joves siguin protagonistes.
No és alegre l’evangeli i aquest nou estil d’Església que es reflecteix en aquest document de Francesc?




PAPA    FRANCISCO   por    Benjamín    Forcano




FELICITATS PAPA FRANCESC
Bisbe de Roma, Papa bo, Papa de la primavera, Papa dels pobres, Papa jesuïta franciscà,
Papa del aggiornamento, Papa de la tendresa i de la misericòrdia!
Felicitats por ser com ets
Pel teu somriure
Pel do de la teva paraula
Per la teva coherència vital
Per transmetre l’Evangeli
Per infondre esperança
Felicitats per la teva forma d’estimar
Per la teva manera d’abraçar
Per la compassió que contagies
Per la teva predilecció pels malalts
Per dedicar més temps als "petits" que als "grans" d’aquest món
Felicitats pel que dius i pel com ho dius
Pels teus gestos tant expressius
Per les imatges amb què renoves la nostra fe
Per la teva forma fresca i natural de relacionar-te
Per ser el Papa de la normalitat
Felicitats per la il•lusió que ens has tornat a donar
Pel tsunami d’esperança
Per l’onada d’entusiasme
Per la capacitat de seducció que desprens
Felicitats per aquesta Església que vols com una casa oberta i no com una duana
Per recordar-nos que seguir a Crist dóna sentit a la vida
Que el Regne està per sobre de l’Església
Que els bisbes no poden ser prínceps, sinó servidors
Que els capellans han de fer olor a ovella
Que els cristians hem de somriure sempre
Felicitats pel tomb que estàs donant a les anquilosades estructures eclesials
Per descongelar el Concili
Per recuperar la corresponsabilitat  i la sinodalitat
Per posar l’Evangeli per damunt de la doctrina
Per fer veure als membres de la cúria que no son senyors, sinó servents
Per netejar el Banc Vaticà
Per reivindicar el paper de la dona
Per acabar amb la por dels teòlegs al rigor doctrinal
Felicitats per la teva forma de viure l’ecumenisme i el diàleg interreligiós
Per posar el capitalisme deshumanitzador al seu lloc
Per col•locar a la persona (especialment als més pobres) en el centre del sistema
Per exposar-te a la ira dels poderosos d’aquest món
Perquè ja t’anomenen "marxista" i populista
Perquè ja et tenen por
Perquè els pobres tenen un advocat defensor
Felicitats perquè no et tremola el pols
Perquè sents el que dius i dius el que sents
Perquè encarnes l’Evangeli de la bondat
Perquè dius les veritats del barquer
Perquè no t’arrugues davant ningú
Perquè fas olor de profeta
Felicitats perquè ens arrossegues al seguiment de Jesús
Perquè esponges el nostre cor
Perquè fas que ens sentim orgullosos de Crist i d’una Església renascuda
Felicitats, Papa Francesc, perquè et fas estimar i et volem
Felicitats, perquè al món "li nasqué un sol"
José Manuel Vidal





Francisco: Para rezar no hace falta un curso de Teología
2014-01-14


El Papa Francisco habló en su homilía en Casa Santa Marta de las distintas formas de creer. Francisco lamentó que a veces los cristianos desprecien a quienes rezan de una forma humilde.


Francisco
"Cuántas veces el pueblo de Dios no se siente  querido por aquellos que deben dar testimonio: por los cristianos, los laicos, los sacerdotes, los obispos... Que dicen: 'Pobre gente, no entiende nada... Deben hacer un curso de Teología para entender bien'”.

Francisco concluyó que dar testimonio no es "dar bastonazos” y pidió a los católicos que eviten cualquier forma de hipocresía y legalismo.


EXTRACTO DE LA HOMLÍA DEL PAPA

(Fuente: Radio Vaticana)


"Y Jesús mismo les dice que ellos no movían estas cosas ni con un dedo, ¿no? Y después, dirá a la gente: ‘¡Haced lo que dicen pero no lo que hacen!’. Gente incoherente… Pero siempre estos escribas, estos fariseos, es como si dieran palos a la gente, ¿no? ‘Debéis hacer esto, esto y esto’, a la pobre gente… Y Jesús dice: ‘Pero así cerráis – ¡se lo dice a ellos! – la puerta del Reino de los Cielos. ¡No dejáis entrar, y vosotros tampoco entráis!’. Es una manera, un modo de predicar, de enseñar, de dar testimonio de su fe… Y así, cuantos hay que creen que la fe es así…".


Cuantas veces el pueblo de Dios se siente no querido por aquellos que deben dar testimonio: por los cristianos, por los laicos cristianos, por los sacerdotes, por los obispos… ‘Pero, pobre gente, no entiende nada... Debe hacer un curso de teología para entender bien’. Pero, ¿por qué tengo cierta simpatía por este hombre? Porque en el corazón aún tenía la unción, porque cuando la mujer le explica su situación, Elí le dice: ‘Vete en paz, y que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido. Sale la unción sacerdotal: pobre hombre, la había escondido y su pereza… es un tibio. Y después acaba mal, pobrecito”.


"Pidamos al Señor que estas dos lecturas nos ayuden en nuestra vida de cristianos: todos. Cada uno en su puesto. A no ser legalistas puros, hipócritas como los escribas y los fariseos. A no ser corruptos como los hijos de Elí. A no ser tibios como Elí, sino a ser como Jesús, con ese celo de buscar a la gente, de curar a la gente, de amar a la gente y con esto decirle: ‘Pero si yo hago esto así, piensa cómo te ama Dios, cómo es tu’. Esta es la enseñanza nueva que Dios nos pide. Pidamos esta gracia”.