Davant les
morts a la Mediterrània,
cal
una intervenció
internacional immediata”
CR) Càritas, Cristianisme i Justícia, Fundació Escola
Cristiana, Migra Studium, la Unió de Religiosos de Catalunya, Bayt-Al-Thaqafa,
junt amb diversos moviments eclesials i delegacions diocesanes signen un comunicat conjunt davant
les noves morts per naufragi a la Mediterrània. A través de la Plataforma
d’Entitats Cristianes amb els Immigrants demanen “una intervenció internacional
immediata, organitzant un sistema d’auxili en les aigües mediterrànies per
salvar vides”.
També recorden les denúncies en aquest àmbit del papa Francesc
i reclamen “una nova política europea que prioritzi la protecció de la vida
i els drets humans de les persones migrants”. Aquest és el text del comunicat.
Comunicat
davant les noves morts per naufragi a la Mediterrània
Davant les noves morts per naufragi a la Mediterrània
de persones que tractaven d’entrar a Europa, la Plataforma d’Entitats
Cristianes amb els Immigrants volem expressar novament el nostre dolor i
indignació per aquesta contínua i inacceptable tragèdia.
Creiem que aquesta terrible situació requereix una
intervenció internacional immediata, organitzant un sistema d’auxili en
les aigües mediterrànies per salvar vides. Els esforços en la lluita
contra les màfies són necessaris, però no suficients. Cal, alhora, crear un
sistema regular i controlat que permeti l’entrada a Europa per motius
humanitaris. En tot cas, si Europa no és capaç de posar fi a les
inacceptables morts al mar, les Nacions Unides han d'entrar en
acció utilitzant tots els mitjans possibles i eviti la repetició d’aquests
fets dramàtics.
Com a entitats cristianes, ens unim a la sentida
pregària que el papa Francesc ha fet aquest diumenge a
l'Àngelus per aquelles persones que "buscaven felicitat" però han
acabat trobant la mort, i ens afegim també a la seva petició d'una
mobilització de la comunitat internacional.
Finalment, volem, un cop més, demanar públicament el
que ja hem dit recentment en nombroses ocasions: és necessària i urgent
una nova política europea que, enlloc de controls i barreres frontereres i
de discursos populistes, alarmistes o insolidaris davant el fet
migratori, prioritzi la protecció de la vida i els drets humans de les
persones migrants, que garanteixi realment el drets d’asil, que obri vies
realistes a la migració laboral, que ajudi a edificar societats
acollidores i solidàries i que afavoreixi eficaçment la pau, l’estabilitat
política i el desenvolupament humà integral en els països del nostre
entorn i d’arreu del món.
Barcelona,
23 d’abril de 2015
Aco, Caritas, Cintra-Benallar, Con Vi Vim,
Cristianisme i Justícia, Cristians pel Socialisme, Delegació de Pastoral
Obrera De Barcelona, Delegació de Pastoral Social de Barcelona, Ekumene,
Fundació Escola Cristiana, Fundació Migrastudium, Goac-Hoac, Grup de
Juristes Roda Ventura, Joc, Justícia i Pau, Interculturalitat i
Convivència, Parròquia de Santa Maria Del Pi, Religioses en Barris, Unió
de Religiosos de Catalunya (Urc), Bayt-Al-Thaqafa, Iniciatives Solidàries,
Fundació La Salut Alta, i Comunitats de Vida Cristiana a Catalunya.
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Oración ecuménica por los migrantes del Mediterráneo en la iglesia de S. Antón
Padre Ángel: "Ni Fátima ni Hasán. No tenéis
nombre ni cara, sólo sois un número"
"Estamos aquí reunidos para hacer una llamada a
los poderes públicos"
"Aunque
no tengáis sepultura, contad con un hueco en nuestro corazón", exclamó el
Padre Ángel de l
(Lucía López Alonso).-"Dios no quiere
aceptar lo que nosotros estamos aceptando", dijo el Padre Ángel,
fundador de Mensajeros de la Paz, ayer en su iglesia en Chueca, la iglesia
de San Antón, donde tuvo lugar una oración ecuménica por los inmigrantes fallecidos
en el Mediterráneo.
Tras el "estamos aquí reunidos" que parecía
anunciar lo convencional, el Padre continuó con intensidad: "para realizar
una llamada a los poderes públicos". En medio del pesimismo de la capital
ante lo que viene sucediendo digamos desde siempre (las persecuciones raciales,
políticas, de género, religiosas, y las migraciones en pos de la dignidad
humana que provocan), lo que ayer dio comienzo a las ocho de la tarde no fue
una oración de derrota, sino una reunión de fuerzas, una toma de conciencia
y una asunción de responsabilidad -por parte de todo el que puede hacer algo,
cristiano o no- "ante la retirada del Estado".
San Antón es la capilla de los carteles. No sólo los
que anuncian café y cestillo para el que lo necesite, wifi o WC, sino los que
explican cada una de las imágenes de devoción que se pueden contemplar,
terminando sutilmente con el comercio a partir del arte sacro dentro del
templo: no se necesita pagar una visita para que un guía te diga cuáles son los
atributos de tal santo, sino que tú mismo puedes leerlo, como lees en otro
cartel que el Papa Francisco te invita a rechazar "el
aburguesamiento del corazón".
Estos pequeños detalles ponen de manifiesto que no
hace falta destruir la envoltura para generar una nueva criatura: que se puede
entrar en una iglesia de las de toda la vida, pero sentirse a gusto, escuchar
música, ver un vídeo y, al terminar los oficios, no tener ninguna prisa por
abandonar ese reducto de silencio, pues las mesitas están ahí para conversar,
para sentarnos -sentirnos- en casa. Entrar en San Antón y tener la
sensación de haber caído en mundo insólito.
Por eso todos los que oficiaron se sintieron
integrados: desde el que se puso la sotana sobre su hábito franciscano hasta el
pastor de la Iglesia evangélica española, Alfredo Abad, cuyas palabras
demandaron protección internacional para los migrantes: "Hoy Europa tiene
un problema jurídico de ausencia ética: no está cumpliendo su responsabilidad
de proximidad".
Ante las desgracias que vemos que pasan con tanta
frecuencia, que Europa incorpora a la naturalidad de la vida hasta dejar de
verlas, "¿qué estamos haciendo?", se preguntó el Padre Ángel;
"nuestro Mar Mediterráneo...". Y lamentó que el agua, símbolo de
vida, causara tantas muertes, pero sobre todo que a nuestras falsas conciencias
no les importen, olvidando aquella frase evangélica del Fui forastero y me
acogiste.
Entonces Carlos López, obispo anglicano, deseó
que fuera el Primer Mundo el que se hundiera "en su propia vergüenza"
por haberse mostrado indiferente a la catástrofe en el Mediterráneo, al
atentado en Kenia, pero no al de París, donde los que murieron fueron menos y
europeos. Ya se sabe: la muerte de un periodista francés es una tragedia,
mientras que un millón de muertes de africanos en patera es una estadística.
"Ni Fátima ni Hasán: no tenéis nombre ni cara, sólo sois un número",
protestó el Padre Ángel.
Contra este embotamiento psíquico ante las grandes
magnitudes que nos conduce a no actuar, a no pedir justicia, a mirar para otro
lado, el Padre Ángel invitó a la oración ecuménica a un joven inmigrante, que
leyó un poema. Y la causa tomó rostro, y al rostro se le entregó de forma
simbólica la paloma de la paz de Mensajeros.
Carlos López pidió que Europa deje de ser "como
Pilar, que quería aprender a nadar pero, al ver todo el esfuerzo que iba a
suponerle, decidió que no le interesaba". Ojalá sus gobiernos paguen el
precio de la fragilidad de sus esfuerzos. Ojalá dejemos de callarnos ante la
muerte, tardemos algo más en volver después los ojos a la vida como si nada
hubiera sucedido.
"¿Hasta cuándo se puede aguantar una catástrofe
humanitaria?", preguntó el Padre Ángel. Hasta cuándo podremos aguantar
que la Humanidad sea una catástrofe. "Vuestra tragedia es vuestra
grandeza: aunque no tengáis sepultura, contad con un hueco en nuestro
corazón".
Y entonces, tras un Padre Nuestro y un Salmo, se
colocó en el altar una cruz que imita la forma y los colores de la que
Francisco rescató tras la catástrofe de Lampedusa. Terminada la oración,
una mujer se acercó a dejar a sus pies una rosa. Yo miré a la Virgen del
Carmen, patrona de los marineros, precisamente, que figura a un lado del altar,
y me di cuenta de que, pese a la soledad tan grande, pese a la indiferencia en
medio de la ciudad, siempre hay una forma de magia dentro de la oscuridad.
